jueves, 3 de mayo de 2012

Prólogo y Colofón a Martin Adán

La casa de cartón es el libro que Martín Adán (seudónimo de Rafael de la Fuente Benavides) publicó a los diecinueve años.
Un fragmento del libro dice:
“Mi primer amor tenía doce años y las uñas negras. Mi alma rusa de entonces, en aquél pueblecito de once mil almas y cura publicista, amparó la soledad de la muchacha más fea con un amor grave, social, sombrío, que era como una penumbra de sesión de congreso internacional obrero. Mi amor era vasto, oscuro, lento, con barbas, anteojos y carteras, con incidentes súbitos, con doce idiomas, con acechos de la policía con problemas de muchos lados. Ella me decía, al ponerse en sexo: Eres un socialista. Y su almita de educanda de monjas europeas se abría como un devocionario íntimo por la parte que trata del pecado mortal.”
La casa de cartón es una soberbia construcción barroca venida de la pluma de un adolescente que con esto había irrumpido irremediablemente la Literatura Peruana.
Una de las cosas más sorprendentes y admirables es el hecho de que La casa de cartón tenga el prólogo de, nada más y nada menos y quién más pues, Luis Alberto Sánchez, así a secas. Y para quedarnos ya estupefactos, y qué irreverencia de verdad, el colofón es del Amauta: José Carlos Mariátegui.
Creo que es suficiente haber mencionado que el prólogo y el colofón de La casa de cartón le pertenecen a dos gigantes y que sus palabras son de elogio puro.
Aunque tras una lectura minuciosa descubro que Sánchez y Mariátegui discuerdan en algo.
“Martín Adán- dice Mariátegui- está todavía en la estación anatolia, aunque ya empiece a renegar estos libros que lo iniciaron en la herejía y en la scepsis.”
“Mi querido Martín- escribe Sánchez- : rechacé lo de su filiación a France; usted no es necrófago. Y ya France, para nuestro criterio artístico lleno de vitalismo, ha quedado expuesto como “un cadáver”. Porque hasta en Eguren se encuentra la pasión y la inquietud.”
Es natural que Mariátegui descubra la influencia de Anatole France (poeta y crítico francés, Premio Nobel de Literatura de 1921) en Adán pues ciertamente esa prosa poética marcada de manera constante por una crítica apolítica resalta en el adolescente prosador- según Mariátegui- una corroboración de su tesis de agitador. En cambio Luis Alberto Sánchez tiene más certeza en lo egureniano, y además considera que Martín Adán se emancipó de Eguren, “porque no es fácil que nadie pueda permanecer en ese mundo único de José María”. Y lo emancipa nuevamente.
Hay algo también importante: su condición de fumador y su homosexualidad que ya forman parte de su literatura, esa otra herencia biográfica que suelen dejarnos los literatos.
Termino este artículo con las palabras de Sánchez,  y a leer a Martín Adán se ha dicho: “Lafuente debió ser fraile. Me parece que alguna vez oí decir, cuando él era niño, que sentía la vocación eclesiástica. Felizmente, la ironía, la lectura y el cigarrillo, le abroncaron un tanto la voz aflautada y la vocación pastosa. Jamás apreciaremos debidamente la influencia del cigarro en la literatura. De ahí han surgido esos poetas de café, esos charlatanes de chismografía burdelera, esos evocadores que apausan el relato con pitadas largas como humo de chimenea de “steamer”. Pero ni el cigarrillo ha podido borrar enteramente la actitud católica y modosa de Martín Adán. Sigue siendo un aristócrata, un clerical a medias, un tipo de Joyce, medio “Stephen Dédalus”, aunque haga arte de vanguardia”.
***Columna publicada todos los jueves y comentada por su autor en el Programa Contracultural “Juventud y Vanguardia” (Radio Aurora 96.7) emitida los sábados y domingos de 10-12 am. Blog: cuadraturasdelcirculo.blogspot.com



El polémico poema de Günter Grass

Günter Grass es el Premio Nobel de Literatura de 1999, el alemán autor de la genial obra El tambor de hojalata, un retrato de la Alemania de post-guerra, un aliento grotesco y necesario para todos los alemanes. El tambor de hojalata es de análisis obligatorio en los primeros ciclos de las universidades de todo el mundo (¿será posible que algún día la analicen en nuestras universidades de la región?)
Pues bien, Grass, el viejo Günter- como lo llamaría Victor Cabezas, mi amigo de años y de números-, ha publicado un poema en los principales diarios del mundo (desde ‘The New York Times’ a ‘El País’). Una parte del polémico poema, traducido por Miguel Sáenz, dice:
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
En primera instancia, espero que en alemán el poema tenga mejor cadencia. Ahora, según información de Iván Thays, “el editor y escritor Adolfo García Ortega analizó el poema y dice que está “lleno de soberbia e hipocresía”. Y por otra parte, la clase política alemana e Israel también han criticado al autor por el poema.”
El debate sigue, pues viene de un ex militante de las juventudes nazis, ¿habrá rezagos de su ideología antisemita? Yo solo quiero seguir imaginando al niño vitricida que anda por las calles grotescas de la Alemania de post-guerra.

Vargas Llosa noquea a García Márquez

Al margen de todo lo que significó el Boom de la Literatura Latinoamericana y sus dos autores más famosos, los Premio Nobel Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Estos, quienes en un principio fueron grandes amigos, en la actualidad no suelen visitarse ni pasar momentos gratos como antaño.
La anécdota cuenta así: los dos autores habían asistido a la proyección de la película La odisea de los Andes en México. Al término de la película García Márquez se acercó a Vargas Llosa para saludarlo, pero éste lo recibió con un puñetazo en el mentón, cayendo a la alfombra casi inconsciente el autor de El rastro de tu sangre en la nieve.
Hoy, el terrible derechazo de Vargas Llosa que ni Tayson lo habría imaginado y el ojo amoratado de Gabo son materia de debate sobre el origen de este nockout en primer asalto.
Una de las explicaciones más creíbles es la referida a la frase que pronunció Vargas Llosa antes de golpear a Gabito: “¿Cómo te atreves a abrazarme después de lo que hiciste a Patricia en Barcelona?” Patricia, como es sabido, es la esposa de Mario.
Entonces, ocurre que, por allá, por los años setenta Vargas Llosa había abandonado a su familia para perseguir a una modelo norteamericana. Y García Márquez intentando consolar a Patricia le aconsejó pedir el divorcio y, bueno, tomar acciones legales por, lo ya sabido, “abandono de hogar”.
Luis Fernandez Zaurín cuenta en su Anecdotario que sobre el tema el peruano, en la presentación de su libro La fiesta del Chivo, luego de ser preguntado por el suceso, respondió que era mejor dejar el tema para los historiadores.
Hay otras versiones más malévolas claro está, y, en circunstancias como éstas, es decir, en un encontronazo tal entre literatos , todo se puede esperar, y siempre hay resquicios para pensar en otras, posibilidades no, probabilidades.
Lo cierto es que esta anécdota pertenece ya al ámbito de la Literatura y obviamente ha sido contada en enésimas clases de Literatura y en tantos cafés que, en ese sentido, da gusto que haya sucedido, lo que viene siendo y que con un atisbo político catalogaremos como: “la ultra-derecha de Mario Vargas Llosa”.
***Columna publicada todos los jueves y comentada por su autor en el Programa Contracultural “Juventud y Vanguardia” (Radio Aurora 96.7) emitida los sábados y domingos de 10-12 am. Blog: cuadraturasdelcirculo.blogspot.com