domingo, 8 de julio de 2012

Hemos nacido en la burguesía

Revisando lecturas antiguas, he encontrado un fragmento de la gran prosa de Sartre, que trasladando la realidad que describe a nuestros días es, pues, sumamente compatible. Sartre habla de la situación del “escritor”, de la “literatura como compromiso” y de la “burguesía” que en pleno siglo XXI, lo repito, es sumamente compatible. Trátase de un contexto histórico distinto, pero cuyo asidero (y la tremenda devastación humana que trae consigo) sigue siendo el mismo. Es decir, que las cosas no han cambiado mucho y, a decir verdad, han empeorado.
“Hemos nacido en la burguesía y esta clase nos ha enseñado el valor de sus conquistas: libertades políticas, habeas corpus, etc.; continuamos siendo burgueses por nuestra cultura, nuestro modo de vida y nuestro público actual. Pero, al mismo tiempo, la situación histórica nos incita a unirnos al proletariado para construir una sociedad sin clases. Es indudable que, por el momento, el proletariado no se preocupa por la libertad de pensar: tiene que combatir otras cosas. Por su parte la burguesía simula no comprender siquiera el sentido de la expresión “libertades materiales”. De este modo cada clase puede, por lo menos a este respecto, conservar la conciencia tranquila, pues desconoce uno de los términos de la antinomia. Pero nosotros, que, pese a no tener actualmente nada que nos preocupe inmediatamente, conservamos íntegramente nuestra situación de mediadores, tironeados por una y otra clase, estamos condenados a experimentar como una pasión esta doble exigencia. Se trata a la vez de nuestro problema personal y del drama de nuestra época. Se dirá naturalmente que esta antinomia que nos desgarra procede solamente de que arrastramos todavía jirones de ideología burguesa de los que no hemos sabido deshacernos; se dirá también, por otro lado, que padecemos la fachenda revolucionaria y queremos poner la literatura al servicio de fines para los que no está destinada. Esto no sería nada, pero algunos de nosotros tienen conciencias turbadas y esas voces encuentran en ellos ecos alternados. Por tanto, conviene que nos convenzamos de esta verdad: puede ser tentador abandonar las libertades formales para renegar más completamente de nuestros orígenes burgueses, pero eso bastaría para desacreditar fundamentalmente el proyecto de escribir; tal vez sería más sencillo desinteresarnos de las reivindicaciones materiales para hacer “literatura pura” con una conciencia serena, pero, al mismo tiempo, renunciaríamos a tener lectores fuera de la clase de opresión. En consecuencia, la oposición debe ser superada por nosotros mismos. Convenzámonos ante todo de que es superable: la misma literatura nos proporciona la prueba de ello, pues es la obra de una libertad total que se dirige a libertades plenas y manifiesta así a su modo, como libre producto de una actividad creadora, la totalidad de la condición humana.” (Situations, II, Jean Paul Sartre, 1950, trad. Aurora Bernárdez, ¿Qué es la literatura?, p. 236)
***Columna publicada todos los jueves y comentada por su autor en el Programa Contracultural “Juventud y Vanguardia” (Radio Aurora 96.7) emitida los sábados y domingos de 10-12 am. Ver programa La luz de las ideas (sábados 9 am). Blog: cuadraturasdelcirculo.blogspot.com

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